Using Nature-based Solutions to Increase Resilience to Extreme Climate Events in Central America’s Atlantic Region
Uso de soluciones basadas en la naturaleza para aumentar la resiliencia ante eventos climáticos extremos en la región caribe de Centroamérica
Restaurar la costa atlántica de Belice, Guatemala y Honduras para mejorar la resiliencia de las comunidades locales ante clima severo
La costa atlántica de Belice, Guatemala y Honduras es conocida como el “corredor de huracanes” de Centroamérica. La región ha soportado alrededor de 65 huracanes y tormentas tropicales en los últimos 60 años, provocando inundaciones devastadoras que arrasan con cultivos, ocasionan deslizamientos de tierra e inundaciones que dañan viviendas y vientos feroces que daña ecosistemas.
Los paisajes ya degradados sólo empeoran estos impactos. Por décadas, la tala de bosques por cultivos y ganaderías han destabilizado el suelo, haciendo que el área sea más propensa a deslizamientos e inundaciones durante lluvias intensas o constantes. Esto pone en mayor riesgo a las comunidades que ya son altamente vulnerables.
Restaurar estas costas puede ayudar a las comunidades a adaptarse a los impactos negativos de tormentas que incrementan en intensidad. Al fomentar la salud de las riberas de los ríos, los bosques de tierras altas y los manglares costeros, podemos reducir los deslizamientos de tierra, prevenir la erosión costera después de las tormentas y crear zonas de amortiguamiento de huracanes para las ciudades costeras.
WRI y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) se están asociando con organizaciones locales para revitalizar estas costas vulnerables. Financiado por el Fondo de Adaptación y con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) como entidad implementadora, este proyecto tiene como objetivo restaurar la Costa Atlántica, mejorando lacon ello mejorar la resiliencia de las comunidades ante eventos climáticos extremos.
Usando la restauración del paisaje como una solución basada en la naturaleza, este proyecto trabajará en tres áreas clave: la cuenca del río Monkey en Belice; el Parque Nacional Cusuco y sus zonas costeras circundantes en Honduras; y la Reserva Protegida Cerro San Gil y el Parque Nacional Río Dulce en Guatemala. En un área que alberga muchas comunidades locales e indígenas como los garífunas y los q’eqchi, estos esfuerzos beneficiarán directamente a más de 2,000 personas. Se espera que 35,000 más vean beneficios indirectos.
Con especial énfasis en el apoyo a las mujeres y los grupos minoritarios, este proyecto busca:
1) Incorporar la restauración en la política y la planificación de la adaptación
A través de talleres y acercamiento con el gobierno, el CATIE y WRI promoverán la restauración de ecosistemas entre los formuladores de políticas. Estos esfuerzos destacarán como la restauración no sólo beneficia al medio ambiente sino que también puede proteger contra los efectos del cambio climático. Al incorporar la restauración en políticas y planes de uso de la tierra, los gobiernos pueden ayudar a sus comunidades a adaptarse a la creciente amenaza de las tormentas tropicales de manera costo efectiva.
2) Fortalecer la adaptación climática
Las entidades ejecutoras del proyecto y sus aliados llevarán a cabo sesiones de planificación con los residentes locales para restaurar un paisaje en cada uno de los tres países focales de la iniciativa, destacando servicios ecosistémicos que fortalecen la resiliencia climática. Para sostener las actividades, colaborarán con socios financieros de la Iniciativa 20x20 para promover la inversión en restauración a lo largo de la Costa Atlántica. El proyecto también diseñará sistemas comunitarios de alerta temprana, preparando mejor a las ciudades locales para futuras inundaciones y deslizamientos de tierra brindándoles acceso a información urgente.
3) Desarrollar capacidades y compartir conocimientos
Garantizar que la tierra se mantenga saludable y apta para la resiliencia climática requiere constante atención y una inversión por parte de los locales que ahí habitan. Teniendo esto en cuenta, el proyecto fomentará el intercambio de conocimientos para que los miembros de la comunidad aprendan unos de otros sobre medidas para desarrollar su resiliencia a través un mejor uso del suelo. A través de talleres enfocados, cursos de campo y programas de capacitación práctica, obtendrán las habilidades que necesitan para gestionar la tierra de manera sostenible.
Conozca más sobre este proyecto en el sitio web del Fondo de Adaptación.
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